Para recordarlo

Opinion

OPINION.
Por:
Jacinto Salas Morales

Apenas han transcurrido dos meses para que el sector sur occidental de Ibarra vea nuevamente como las calles y los patios de sus casas se llenan de agua lodosa, ramaje y el río Ajaví salga de su cauce para inundar vías y afectar la tranquilidad de los habitantes de nueve sectores de la Ciudad Blanca.
La última inundación grave ocurrió en febrero y muchas familias comprobaron como sus electrodomésticos, artefactos del hogar se perdían por la acción del agua que ingresó a sus hogares. La tarde de este sábado el agua descendió nuevamente del Imbabura, sobrepasó los inconclusos muros de las escorrentías, obligó a movilizar maquinaria de emergencia para evitar daños mayores, cuyo costo solo se conocerá en algunos días.
Lo ocurrido en la tarde de este sábado 22 de abril no puede atribuirse, en modo alguno, a una causa desconocida o imprevista. Sí, a la imprevisión y al descuido de las autoridades municipales, como también de las encargadas del control de riesgos. Las inundaciones en el sur occidente de la ciudad son reiterativas si no se realiza una limpieza constante de las quebradas que recogen las aguas del Imbabura. Más, si quedaron inconclusos los trabajos de regulación de las escorrentías y se mantienen en mal estado, llenas de escombros y maleza las quebradas que generan taponamientos, pequeños y peligrosos embalses que al romperse avanzan con fuerza sobre la ciudad.
Las lluvias seguirán. Las inundaciones también, si Municipio y riesgos olvidan sus obligaciones y compromisos.
salasjacinto@yahoo.com

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