Jacinto Salas Morales
Es probable que muy pocos ibarreños hayan sido testigos y, por ello, muchos menos recordarán los detalles de una ceremonia que cada Semana Santa se realizaba en la Catedral de Ibarra, la ceremonia de La Reseña, hoy conocida también como “el arrastre de caudas”.
Ese singular acto religioso que si mal no recuerdo, se realizaba la mañana del Miércoles Santo exigía la presencia de los doce canónigos y del obispo ataviados con unas largas y estrechas capas negras, a diferencia del prelado que utilizaba, una de color morado. Al iniciar la ceremonia desfilaban, por las naves laterales, arrastrando las capas, con la cabeza baja, hasta llegar frente al altar mayor, recorrido sobrio solo acompañado por las graves notas del órgano y la orquesta que acompañaba con las melodías de una marcha fúnebre.
La ceremonia seguiría con los canónigos y sus largas caudas recostados sobre el piso. Vendría la llamativa “batida de la bandera”, un enorme paño negro, cruzado por una cruz roja, y todo culminaría con el homenaje a la Cruz. Nada de esto pueden verlo los fieles de esta ciudad ni de la provincia. La Ceremonia de la Reseña es exclusiva de la Catedral de Quito, convertida en un acontecimiento llamativo para el turismo local e internacional.
Imbabura, parroquias y cantones son ricas en tradiciones por Semana Santa. Es hora que todas ellas se consignen en una agenda y se publiciten a nivel del país. Solo así, dejaremos de ser los solitarios de todos los feriados.
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